En un circo pusieron un letrero: SE SOLICITA DOMADOR DE LEONES
Dos personas respondieron: una hermosa rubia de proporciones físicas inmejorables y un borrachín que pasaba por el lugar, que queriendo probar su suerte se animó a solicitar el empleo.
El dueño del circo piensa que el temulento se desanimaría al ver a los feroces animales, pues ya estaba inclinado por la despampanante rubia. Así que le dice:"Bueno, como estamos entre caballeros, creo que es nuestro deber cederle el paso a las damas, si no tiene ningún inconveniente".
El alcohólico contesta afirmativamente.
La hermosa curvilínea se introduce en la jaula con los leones, haciendo gala de belleza y valentía. Todo iba bien hasta que, en un descuido, uno de los felinos le tira un manotazo destrozándole la silla que utilizaba como escudo. Otro la desarma de su látigo, dejándola totalmente indefensa.
El primer león abalanzándose sobre ella le desgarra el vestido, dejando al descubierto sus voluptuosas curvas. Entonces, cuando todos pensaron que los leones iban a hacer pedazos a la hermosa rubia, éstos comienzan a lamerla.
Viendo esto, el dueño del circo se voltea hacia el ebrio y, en tono burlón, le pregunta:"¿Usted podría hacer eso?"
A lo que el borracho, con voz aguardentosa, contesta:"¡Claro que sí! ¡Nada más que me saca a los leones!"
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