Estaba un granjero sentado junto a su granero, desesperado porque había un topo que ya tres años seguidos había arruinado su cosecha entera, y era tan escurridizo que nunca lo podia atrapar, cuando de repente recuerda que vio un anuncio de un famoso exterminador de topos, un experto en este asunto, y decidió llamarlo.
Al día siguiente llegó el experto Venancio, y prometió que en menos de un día encontraría y mataría al topo, y que lo iba a arrojar al basurero. Entonces el granjero le dijo que no quería que fuera rápida su muerte, sino que fuera lenta y dolorosa, para que el topo pagara por todos los daños que hizo. Venancio estuvo de acuerdo, y se fue a cazarlo.
Al día siguiente, Venancio llega corriendo y muy alegre le dice al granjero:"Hombre, ¿adivina qué he hecho?"
El granjero muy contento le pregunta que si ya mató al topo, y Venancio le contesta: "¡Claro, lo maté de la forma más cruel, la más lenta, y fue en el mismo lugar donde hizo su desbarate!"
Entonces el granjero le pregunta cómo lo mató. Venancio, muy orgulloso del éxito obtenido, le dice:
"Pues creo que lo he hecho perfectamente, lo cogí, le grité, cavé un agujero y para que sufriera ¡lo enterré vivo!"
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