Se encuentran dos amigos, Paco y Juan, que no se veían desde hace mucho tiempo.
"¡Hombre, Paco, cuánto tiempo! ¿A qué te dedicas?"
"Verás, me dedico a predecir el futuro: soy adivino".
" ¡No me jodas! ¿Es una broma?"
"No, mira voy a demostrártelo: ¿Ves a la anciana que se acerca por la derecha? Pues se le va a caer un macetero en la cabeza.
Todavía no terminaba Paco de decirlo, cuando a la pobre mujer se le cae un macetero en toda la cabeza.
"Increíble, pero seguro que ha sido una casualidad".
"¿Todavía no me crees? Observa: aquel hombre resbalará con esa cáscara de plátano".
Dicho y hecho, el hombre pisa la cáscara y cae como un tronco.
Visto lo sucedido e intrigado, Juan le pregunta a su amigo:
"¿Cómo lo haces?, ¿Me lo podrías enseñar?"
"Esta tarde en mi casa", accede Paco gustoso.
Llega la tarde y Juan está ansioso por conocer el secreto de Paco. Éste le ordena subirse a la mesa del comedor, y Juan accede con ciertas dudas. Una vez arriba de la mesa, le pide que se quite la ropa, a lo que el aprendiz se niega.
"¿Quieres aprender a ver el futuro o no?"
Pensándoselo dos veces, accede. Ya desnudo y sobre la mesa, Paco le manda: "Y ahora, ponte en cuatro patas".
"¿No me irás a dar por el culo?", pregunta alarmado Juan.
"¡Ves cómo ya vas aprendiendo!"
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