Al momento de salir la carroza funebre, Pepito rompe a llorar.
"Papá, no me dejes, llévame contigo, papá, buahhhhh..."
El público aglomerado en la salida de la funeraria rompe a llorar sin contemplación. Y el niño continuaba su cuadro de dolor:
"Papá no me dejes, no me dejes papá, llévame contigooooo..."
De repente el chofer de la carroza, frena y sale del vehiculo y grita:
"¡Mira muchacho del demonio, vete para la casa y déjame trabajar!"
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