Jaimito estaba en el colegio y como nadie venía a recogerlo, su profesora le dice: "Si quieres vente para mi casa hasta mañana que vengan por ti", y Jaimito dijo que si.
Cuando estaban en la casa y ya se iban a dormir, la profesora notó que Jaimito estaba un poco triste y le preguntó que le pasaba, a lo que Jaimito respondió:
"Es que siempre antes de irme a acostar yo me acuesto con mi mamá y le meto me dedito en su ombliguito."
Y la profesora no se le pudo resistir a la inocencia de Jaimito y accede.
Pasado ya un buen rato, la profesora le dice con ternura: "Jaimito, Jaimito, ese no es mi ombliguito."
Y Jaimito, con una cara de pendejo, responde, "Ya se señorita, y tampoco es mi dedito..."
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